Un informe reciente publicado por The Economist ha clasificado a Cuba como el tercer país menos democrático de Latinoamérica. La noticia ha generado preocupación entre defensores de la democracia y derechos humanos en todo el mundo.

El informe, que evalúa el nivel de democracia en países de todo el mundo, ha señalado que Cuba ha experimentado un deterioro significativo en su marco democrático en los últimos años. La represión de la disidencia política, la falta de libertad de expresión y la ausencia de elecciones libres y justas son algunas de las razones por las que el país ha recibido una calificación tan baja.

En el informe de The Economist Cuba ocupa el puesto 139, mientras que Venezuela se ubica en el lugar 147 y Nicaragua, en el 143.

La situación en Cuba ha generado una creciente preocupación entre defensores de los derechos humanos, quienes han llamado a las autoridades cubanas a tomar medidas para garantizar la libertad y la democracia en el país.

Además, han exigido a la comunidad internacional que tome medidas concretas para apoyar a los defensores de los derechos humanos en Cuba y presionar a las autoridades para que adopten reformas democráticas.

El informe también ha generado reacciones en el gobierno cubano, que ha rechazado las acusaciones y ha afirmado que el país está en camino hacia un futuro mejor y más justo. Sin embargo, muchos defensores de los derechos humanos han cuestionado estas afirmaciones, y han señalado que la situación en Cuba sigue siendo preocupante.

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